NO IDEALICE SU MATRIMONIO
No idealice su matrimonio.
–Por Juan Josué C. S.
Desde hace 3 años, por la gracia de Dios estoy casado con mi bella esposa (Cinthya Sánchez), y una de las cosas más valiosas que Dios me ha enseñado en mi matrimonio es que "Casarse y permanecer casados, no es para los débiles de corazón. Se necesita una dosis constante de amor, de humildad, de perdón, de paciencia, de sacrificio y de abnegación."
Saber esto, ha sido muy bueno para mi matrimonio, pues, he visto la fidelidad de mi Dios al darnos esas dosis diarias para ver más su rostro reflejado en mi esposa y en mi, forjando el carácter de Cristo en nosotros y no idealizar mi matrimonio.
He notado que es muy común que jóvenes se estén casando, con la idea de ser felices y 'realizarse' como personas; pero, ¿que pasa cuando te has casado y te das cuenta que no eres feliz...? O ¿qué pasa cuando tenías un buen matrimonio, estabilidad emocional, economía, espiritual y los problemas llegan a tu hogar y tu matrimonio?
Tristemente, muchos de esos matrimonios terminan en rupturas, en separación, o incluso, pueden seguir viviendo juntos, pero con heridas que quizás nunca perdones.
Cómo casado o soltero (en vistas de casarte algún día), quiero compartir contigo 3 puntos importantes que aprendí del libro "cuando pecadores dicen acepto", de cual es el fundamento, la fuente y el punto central del matrimonio.
• El fundamento del matrimonio – La Biblia
Vivimos en tiempos donde el matrimonio está en el aire. Vemos que el matrimonio sigue a la cultura, sin importar a donde vaya esta.
Muchos se casan hoy en las Vegas, después de una fiesta y beber mucho alcohol; solo como un capricho espontáneo. No pasa nada.
Es por esto que la Biblia es tan importante. La Palabra de Dios infunde al matrimonio de importancia eterna y gloriosa.
Es algo maravilloso darse cuenta que la durabilidad y calidad de su matrimonio no depende del vigor de su compromiso. Más bien, depende de algo completamente aparte de su matrimonio, la verdad de Dios; una verdad que encontramos solo en las páginas de las Escrituras.
Como el creador del matrimonio, Él sabe cómo funciona y sabe también como hacerlo durar. Él es la única fuente confiable y fidedigna sobre el tema del matrimonio. Él nos da todo lo que necesitamos para un matrimonio piadoso, duradero y fructífero –su Palabra.
• La fuente de su matrimonio–el Evangelio
Si queremos vivir teniendo la biblia como la base para nuestros Matrimonios, debemos saber que el evangelio es el corazón de la Biblia.
Una de las cosas que hacemos mi esposa y yo en nuestro "culto familiar", es leer porciones de la biblia que hablen del carácter y la persona de Dios y de nuestro Señor Jesucristo, meditamos y aplicamos esos versos a nuestra vida, teniendo siempre presente lo que Cristo hizo por nosotros, en ocasiones entonamos un himno sobre lo que leímos y oramos a Dios dando gracias por el regalo inmerecido de la Salvación, el perdón de nuestros pecados y la vida eterna. Con esto podemos ver que el evangelio es una fuente inagotable de la gracia de Dios para mí matrimonio.
• El punto central de su matrimonio–la gloria de Dios
Una de las cosas que debemos tener bien en claro con respecto al matrimonio, es que el matrimonio no se trata primeramente de mí o mi pareja. El hombre y la mujer son secundarios, Dios es el personaje más importante en un matrimonio. El matrimonio es para nuestro bien, pero primero es para la gloria de Dios.
–Muchas parejas jóvenes, que abrazaron el matrimonio por un 'romance' precipitado, terminan separándose porque no vieron el matrimonio como algo que en primer lugar se trata de Dios.
–Parejas Cristianas han abandonado sus papeles bíblicos y responsabilidades matrimoniales por no ver el matrimonio como algo que en primer lugar trata de Dios.
El matrimonio no es asombroso porque brinda gozo a la gente, ni porque permite un ambiente de cuidado y cariño para los niños, ni porque trae estabilidad a la sociedad (aunque sí hace todo esto). El matrimonio es maravilloso porque Dios lo diseño para mostrar su gloria.
El punto central de un matrimonio floreciente es la gloria de Dios.
–Por Juan Josué C. S.
Desde hace 3 años, por la gracia de Dios estoy casado con mi bella esposa (Cinthya Sánchez), y una de las cosas más valiosas que Dios me ha enseñado en mi matrimonio es que "Casarse y permanecer casados, no es para los débiles de corazón. Se necesita una dosis constante de amor, de humildad, de perdón, de paciencia, de sacrificio y de abnegación."
Saber esto, ha sido muy bueno para mi matrimonio, pues, he visto la fidelidad de mi Dios al darnos esas dosis diarias para ver más su rostro reflejado en mi esposa y en mi, forjando el carácter de Cristo en nosotros y no idealizar mi matrimonio.
He notado que es muy común que jóvenes se estén casando, con la idea de ser felices y 'realizarse' como personas; pero, ¿que pasa cuando te has casado y te das cuenta que no eres feliz...? O ¿qué pasa cuando tenías un buen matrimonio, estabilidad emocional, economía, espiritual y los problemas llegan a tu hogar y tu matrimonio?
Tristemente, muchos de esos matrimonios terminan en rupturas, en separación, o incluso, pueden seguir viviendo juntos, pero con heridas que quizás nunca perdones.
Cómo casado o soltero (en vistas de casarte algún día), quiero compartir contigo 3 puntos importantes que aprendí del libro "cuando pecadores dicen acepto", de cual es el fundamento, la fuente y el punto central del matrimonio.
• El fundamento del matrimonio – La Biblia
Vivimos en tiempos donde el matrimonio está en el aire. Vemos que el matrimonio sigue a la cultura, sin importar a donde vaya esta.
Muchos se casan hoy en las Vegas, después de una fiesta y beber mucho alcohol; solo como un capricho espontáneo. No pasa nada.
Es por esto que la Biblia es tan importante. La Palabra de Dios infunde al matrimonio de importancia eterna y gloriosa.
Es algo maravilloso darse cuenta que la durabilidad y calidad de su matrimonio no depende del vigor de su compromiso. Más bien, depende de algo completamente aparte de su matrimonio, la verdad de Dios; una verdad que encontramos solo en las páginas de las Escrituras.
Como el creador del matrimonio, Él sabe cómo funciona y sabe también como hacerlo durar. Él es la única fuente confiable y fidedigna sobre el tema del matrimonio. Él nos da todo lo que necesitamos para un matrimonio piadoso, duradero y fructífero –su Palabra.
• La fuente de su matrimonio–el Evangelio
Si queremos vivir teniendo la biblia como la base para nuestros Matrimonios, debemos saber que el evangelio es el corazón de la Biblia.
Una de las cosas que hacemos mi esposa y yo en nuestro "culto familiar", es leer porciones de la biblia que hablen del carácter y la persona de Dios y de nuestro Señor Jesucristo, meditamos y aplicamos esos versos a nuestra vida, teniendo siempre presente lo que Cristo hizo por nosotros, en ocasiones entonamos un himno sobre lo que leímos y oramos a Dios dando gracias por el regalo inmerecido de la Salvación, el perdón de nuestros pecados y la vida eterna. Con esto podemos ver que el evangelio es una fuente inagotable de la gracia de Dios para mí matrimonio.
• El punto central de su matrimonio–la gloria de Dios
Una de las cosas que debemos tener bien en claro con respecto al matrimonio, es que el matrimonio no se trata primeramente de mí o mi pareja. El hombre y la mujer son secundarios, Dios es el personaje más importante en un matrimonio. El matrimonio es para nuestro bien, pero primero es para la gloria de Dios.
–Muchas parejas jóvenes, que abrazaron el matrimonio por un 'romance' precipitado, terminan separándose porque no vieron el matrimonio como algo que en primer lugar se trata de Dios.
–Parejas Cristianas han abandonado sus papeles bíblicos y responsabilidades matrimoniales por no ver el matrimonio como algo que en primer lugar trata de Dios.
El matrimonio no es asombroso porque brinda gozo a la gente, ni porque permite un ambiente de cuidado y cariño para los niños, ni porque trae estabilidad a la sociedad (aunque sí hace todo esto). El matrimonio es maravilloso porque Dios lo diseño para mostrar su gloria.
El punto central de un matrimonio floreciente es la gloria de Dios.
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