DESARROLLANDO LA INTIMIDAD EN EL MATRIMONIO
¿Qué se necesita para desarrollar la intimidad?
Los matrimonios con buena intimidad no son el resultado involuntario de una emoción pasajera sino de los siguientes cuatro factores:
(1) Tiempo. Es a través del tiempo como una pareja puede ejercitarse para desarrollar una buena dosis de intimidad. Pero tampoco se debe creer que esto es algo mágico, por sí mismo el tiempo no hace nada si no se toma en cuenta el siguiente paso.
(2) Voluntad. Si uno de los dos cónyuges no tiene el firme deseo de proponerse desarrollar la intimidad como pareja, tampoco va a funcionar. La voluntad, como la facultad reina de la vida de los seres humanos, es el principal factor por medio del cual el matrimonio, –al igual que un barco que surca los mares más embravecidos–, puede con sus velas izadas al viento, remontar las más fieras tempestades. En la escala de los seres vivos que poblamos este mundo los seres humanos somos los únicos a quienes Dios concedió el estimable don de la autodeterminación. No obstante, la voluntad requiere del toque divino para su renovación espiritual. Es mediante esta renovación y con la ayuda del Espíritu Santo que podemos lograr esta básica condición para ser felices y honrar a Dios, autor del matrimonio.
(3) Conocimiento. El conocimiento de la pareja implica la relación sexual. Pero el conocimiento no se agota allí. Es más profundo, más extenso e intenso. Es curioso que en el Antiguo Testamento el Señor ordenó a los recién casados que debían permanecer unidos a fin de establecer patrones de intimidad con la intención de que duraran toda la vida. En el libro del Deuteronomio 24:5 se nos dice: “Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó”. La palabra que se traduce “alegrar” en el idioma hebreo significa deleitar a su esposa, conocerla y descubrir lo que le sea agradable. Nadie en estos tiempos puede darse el lujo de tomar un año para su luna de miel. Sin embargo en esta palabra están contenidos significados profundos que hacemos bien en estudiar:
•La salud de su matrimonio y su desarrollo en unidad es lo más importante.
•Cada cónyuge debe tener como meta el conocerse más íntimamente para lograr edificar una relación matrimonial que agrade al Señor.
•Es indispensable que la pareja emplee suficiente tiempo con miras a establecer buenos fundamentos para su matrimonio.
•El marido debe aprender a satisfacer las necesidades de su esposa y vice versa.
•Es requisito importante conocer bien a su cónyuge si se quiere vivir de acuerdo a los principios de la Palabra de Dios. Pero también el conocimiento implica animarse y ayudarse mutuamente con el fin de disfrutar de dicho conocimiento.
•La pareja requiere que funcione como compañeros de un mismo equipo para que puedan servir a Dios como es digno. Esta faceta de la vida matrimonial nunca debe descuidarse ni ser estorbada por ninguna clase de distracción.
•Se debe tener en cuenta que el primer año de vida matrimonial es decisivo, y debe vivirse con bastante premeditación y buen conocimiento mutuo, así como buen tacto y sabiduría.
•Los matrimonios que poseen estas cualidades son los que mejor pueden lograr que un país llegue a ser grande. Tú país requiere de matrimonios fuertes y estables que no teman sino al pecado, y a cambio que criemos a nuestros hijos en la “disciplina y amonestación del Señor”.
(4) Paciencia. Para comprender bien esta característica espiritual es bueno enfocarla desde la posición del Nuevo Testamento. De acuerdo al apóstol Pablo la paciencia es una expresión del fruto del Espíritu Santo. En términos bíblicos paciencia significa tolerancia, aguante, condescendencia. Es la virtud de soportar la aspereza, censuras o aún el mal trato del cónyuge. Sin embargo, todo cónyuge espera a que su pareja tenga un cambio en su manera de ser, cambio que es posible mediante la vida nueva que Dios imparte por su gracia mediante la fe en Cristo. Para poder lograr un satisfactorio progreso en la intimidad es menester poner atención a cuán impaciente somos en nuestro trato diario con nuestra esposa o esposo.
Este escrito ha sido tomado con permiso y compartido por el pastor Mario Cely Quintero.
MINISTERIO “NUEVA COLOMBIA”
CONFERENCIAS SOBRE
EL MATRIMONIO,
SUS PROBLEMAS
Y SOLUCIÓN
Terapia bíblica para parejas que desean hacer la voluntad de Dios.
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