DISCUSIONES EN EL MATRIMONIO

¿Es normal pelear tanto (o a menudo) con mi cónyuge?

Muy a menudo nos preguntan por mensaje privado si es normal discutir muy a menudo con el cónyuge en su poco de tiempo de casados y que pueden hacer.

El pastor Jason Boyle nos ayuda a contestar esta pregunta.

Pregunta: ¿Es normal pelear tanto (o a menudo) con mi pareja teniendo tan poco tiempo de casados? 

Creo que será necesario responder a esta pregunta de diferentes maneras.  En primer lugar, por un lado, sí, es normal- porque cada matrimonio es un matrimonio de dos pecadores.  Digo esto al principio para ayudar a aquellos que están demasiado desanimados por los conflictos en su matrimonio, y no entienden por qué suceden.  Desafortunadamente, muchas parejas empiezan su relación y su matrimonio sin una perspectiva honesta de cómo es la vida, y por eso están muy sorprendidos la primera vez (y segunda vez y tercera vez…) que su cónyuge peca en contra de él o ella.  Hermano, hermana, aunque el pecado es serio, y es blasfemia en contra de Dios, y nunca debería ser tomado a la ligera, no debería sorprenderte.  ¡No debería sorprendernos cuando un pecador peca!

Esto no es para justificar nuestro pecado, ni decir que es normal y que es un problema de todos y por eso no necesitamos trabajar- para nada.  Como cristianos, nuestro deseo es crecer y madurar en nuestra fe, y el matrimonio es una de las cosas que Dios usa para santificarnos.  Por eso Él permite conflictos en el matrimonio- son las pruebas que Él usa para santificarnos, para que salgamos como oro (Job 23:10).  No nos gusta tener conflictos, no nos gusta ser probados por el fuego (I Pedro 4:12), pero no hay otra manera para crecer y ser santificados- y no hay otra manera para que el matrimonio crezca y sea santificado (Romanos 5:1-5).

Entonces, si en tu matrimonio estás pasando por tribulaciones y pruebas, da gracias a Dios; porque, muy lejos de haberte abandonado a una desesperación y tristeza permanente, significa que Él está obrando en ti, obrando en tu cónyuge, obrando en tu matrimonio.  Es normal que Dios use los conflictos y problemas en un matrimonio para la santificación, y para Su gloria.

Al mismo tiempo, por otro lado, no, no está bien tener tantos conflictos y peleas, en el sentido de que el matrimonio es un símbolo de la relación entre Cristo y la iglesia (Efesios 5:32), y necesitamos trabajar en el poder del Espíritu Santo para tener un matrimonio terrenal que refleja las verdades espirituales.  Efesios 5:21-33 es un pasaje sobre lo cual cada matrimonio debería meditar muchísimo, para poner en práctica lo que es la voluntad de Dios para el matrimonio.

Es decir, por supuesto, no queremos matrimonios con conflictos constantes, y tampoco es la voluntad de Dios.  Tenemos que reconocer nuestros pecados, tenemos que reconocer nuestros malos hábitos y recurrir a la Palabra, a la oración, y a la iglesia para encontrar la gracia necesaria y el poder espiritual para actuar como Cristo, para responder como Cristo, para amar y humillarnos como Cristo (Juan 15:13; Filipenses 2:1-11).

Entonces, corre a Cristo, esposo- corre a Cristo, esposa.  Él murió en la cruz por ti, derramó Su sangre para pagar el precio por tus pecados, sufrió la copa de la ira de Su Padre para que tú puedas ser perdonado.  Por eso, ¿no crees que Él es suficiente para ayudarte en tus problemas matrimoniales?  “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?” (Romanos 8:31-32).  “Todas las cosas” incluye tu matrimonio.  Si Dios no escatimó ni a Su propio Hijo, si Él Hijo se entregó a Sí mismo por ti, para salvarte de tus pecados, ¿no crees que te va a ayudar en tu matrimonio también?  Estás en un proceso de la santificación que no va a acabar hasta la gloria.  No te desamines, porque “el que comenzó en ti la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).


Pero hay otra cosa que podemos considerar, al ver este tema- porque otra parte de esta pregunta es muy interesante, cuando habla de conflictos y peleas teniendo tan poco tiempo de casados.  Tal vez éstas no sean tus palabras exactas, pero reflejan una duda que has tenido- “¿por qué peleamos tanto si no hemos estado casados 3 años? (o 5 años, o 10 años, o lo que sea).  Yo entendería si tuviéramos más tiempo casados, porque mientras más tiempo pasan juntos las parejas, más peleas y problemas tengan.  ¡Pero nosotros solamente hemos sido casados por _______ años!   ¿Qué nos está pasando?”

Creo que hay un malentendido aquí en cuanto al matrimonio- creo que hay una mentira sutil aquí que ha entrado en las mentes de muchas parejas, se den cuenta o no.  Necesitamos estar seguros que no somos engañados por la cultura de nuestro día.  Me parece que la idea detrás de esta duda es que una pareja esta tan enamorada al principio de su matrimonio que no tiene conflictos- que está en la etapa de la luna de miel y no hay peleas.  Pero es solamente después de vivir juntos por un buen rato que es normal disgustarse por los hábitos y problemas de la otra persona, y las cosas empeoran.

Personalmente soy de la opinión que este es un gran, gran engaño de nuestro enemigo espiritual, y del mundo- porque debería ser al revés.  Una pareja cristiana, al casarse, nunca han vivido juntos- y entonces, los primeros meses de compartir todo- casa, cocina, recamara, baño, etc.- resultan en muchos roces, naturalmente- ante todo, porque uno tiene que acostumbrarse al cambio, tiene que acostumbrarse a vivir con otra persona y compartir absolutamente todo en su vida.  Y, puesto que somos pecadores muy orgullosos y egoístas, nos cuesta mucho trabajo cambiar, todo es diferente, nuestro pecado sale de formas que nunca podríamos haber imaginado.

Por un lado, enfatizo lo que ya dije- esto es bueno- porque Dios usa el matrimonio, usa la otra persona para revelarnos nuestros pecados y santificarnos.  Porque es fácil pensar que somos cristianos buenos y maduros cuando somos solteros- pero es casi imposible pensar esto cuando ya somos casados, porque nuestro pecado es tan obvio.  Por eso, deberíamos dar gracias a Dios por estas peleas y conflictos, porque son lo que Él usa para hacernos más y más como Su Hijo.

Pero, por supuesto, no es correcto ni bueno que las cosas continúen así, que los conflictos sigan sin resolución, que el egoísmo crezca en vez de disminuir.  Los conflictos constantes en un matrimonio no deberían continuar para siempre- de hecho, necesitamos aprender de manera rápida cómo tratar con estos conflictos y problemas de manera bíblica, para que no haya amargura y rencor arraigándose en el matrimonio.

En un matrimonio cristiano, aunque podemos tener problemas y conflictos seguidos al principio, la meta es aprender lo que Dios quiere que aprendamos, que nos humillemos y admitamos nuestro propio pecado- que nosotros somos el problema en el matrimonio- y que busquemos fervientemente a Dios en Su Palabra, en oración, y en la iglesia, para que Él nos cambie, para que siga transformándonos, para que siga santificándonos, y así, nuestro matrimonio va a ser transformado.

Entonces, sí creo que es normal tener problemas y conflictos de manera seguida al principio del matrimonio.  No se desanimen- pero tampoco se queden conformes y sin crecer.  Den gracias a Dios por estos problemas en el matrimonio, y busquen a Dios- individualmente y juntos- para que Él les santifique y les haga más y más como Su Hijo, y haga que su matrimonio sea más y más para Su gloria.  Debería ser una meta que la paz de Dios more en su hogar, que vivan en paz en casa, que la armonía reine y la confesión, el perdón y la humildad caractericen la relación.


Obviamente hay mucho más que se puede decir en cuanto al tema, y también reconozco que cada matrimonio es diferente y tiene diferentes situaciones difíciles.  Pero la Palabra de Dios es suficiente para cada situación- ¡creemos en Sola Scriptura, Sólo la Escritura!  La Biblia es suficiente para cada parte de la vida, y esto incluye tu matrimonio.

Si estás pasando por tiempos difíciles en tu matrimonio, y necesitas ayuda, recomiendo 2 libros que son bíblicos y prácticos y pueden ayudar mucho.  El primero es, “Cuando Pecadores Dicen Acepto”, por Dave Harvey, y el segundo es, “¿Qué Estabas Esperando?”, por Paul Tripp.

Pero ante todo, si necesitas ayuda, si las cosas son difíciles en tu matrimonio, busca la ayuda de tu iglesia local, de tu pastor y ancianos.  Un recurso como éste en internet te puede ayudar, y doy gracias a Dios por la oportunidad de compartir estas breves palabras- pero no hay ayuda como la iglesia local, no hay ayuda como el pastor que Dios ha puesto para cuidar de tu alma.  Que Dios reciba toda la gloria por medio de nuestras vidas y nuestros matrimonios.


Comentarios

Entradas populares