¡El amor del Señor Jesucristo! (Thomas Brooks)

¡El amor del Señor Jesucristo!

Por Thomas Brooks.

Primeramente, quiero agradecer a mi prometida y hermana en la fe, 
Cinthya Sanchez por esta traducción.

Este pequeño clásico fue compartido primeramente por PuritanSermons.com y ahora publicado al español en este blog.

Mira que améis al Señor Jesús con un amor tan grande, con un desbordado amor. No hay ninguno que ha sufrido tanto por usted como Cristo; no hay ninguno que pueda sufrir tanto por usted como Cristo. La menor cantidad de la ira que Cristo sostuvo por ti, habría roto los corazones, cuellos y espaldas de todos los seres creados. ¡Oh mis amigos! No hay amor tan grande que se compare al sobresaliente  sufrimiento de mi amado Jesús. Oh! , amarlo por encima de vuestras pasiones, amarlo por encima de nuestras relaciones, amarlo por encima del mundo, amarlo por encima de todos nuestros deseos y placeres; sí, amarlo por encima de nuestras propias vidas ; así como los patriarcas , profetas, apóstoles, santos, cristianos primitivos  y los mártires de la antigüedad han amado a  nuestro Señor Jesucristo con un desbordante amor: Apocalipsis. 12:11, “Ellos menospreciaron sus vidas hasta la muerte"; es decir, menospreciaron, despreciaron, sí, despreciaron sus vidas, exponiéndose  al peligro y la pérdida, por amor al Cordero  'quien los había lavado con su sangre.' Leí de Kilian, un maestro de escuela holandesa, a quien se le preguntó si no amaba a su esposa e hijos, respondió, estando todos los del mundo como un pedazo de oro en mis manos con la disposición de dejarlos a los pies de mis enemigos para vivir con ellos en una prisión; pero mi alma y mi Salvador son más queridos para mí que todos. Si mi padre, dice Jerónimo, debe estar antes de mí, y mi madre sobre mí, y mis hermanos me presionaran, me gustaría quebrantar a mis hermanos, tirar abajo a mi padre, y hollar los pies de mi madre para aferrame a Jesucristo. Si hubiera diez cabeza, dijo Henry Voes , debería ser poco para Cristo. Si cada cabello de mi cabeza, dijo John Ardley, fuera un mártir, todos ellos deben sufrir por la fe de Cristo. Deje el fuego retorcer las poleas, dijo Ignacio y todo el tormento del infierno caiga sobre mí, así puedo ganar a Cristo. El amor hizo a Jerome decir, Oh mi Salvador, qué moriste por amor a mí, un amor más triste que la muerte, no puedo vivir lejos de ti, te amo.  A George Carpenter se le preguntó si no amaba a su esposa e hijos, que se plantó llorando delante de él y respondió: Mi esposa e hijos - mi esposa e hijos! son más queridos para mí que toda Baviera ; sin embargo, por el amor de Cristo yo no los conozco.
Esa virgen bendecida en Basilio estaba condenada al fuego por el cristianismo, ella teniendo una hacienda que la vida le ofreció si quería adorar ídolos, gritaba: "Que el dinero perezca y la vida se esfume, Cristo es mejor que todos. ' Los sufrimientos de Cristo son la mayor gloria de los santos; esas cosas solo son vanagloria: Crudelitas vestra gloria nostra, su crueldad es nuestra gloria, dice Tertuliano. Se me ha informado de Babylas, que cuando iba a morir por Cristo, deseaba este favor, que pudiera ser enterrado con sus cadenas como insignias de su honor.
Así que, vea con que amor tan grande, con que desbordado amor los antiguos santos han amado a nuestro Señor Jesucristo; y ¿pueden los cristianos que son fríos y bajos en el amor a Cristo, leer sobre estos casos y no escandalizarse?
Verdaderamente  Cristo ha padecido por nosotros, Cristo debe ser mucho más querido por nosotros; si el más amargo de sus sufrimientos ha sido para nosotros lo más dulce que es su amor, cuanto mayor debería ser nuestro amor por él.
Oh! Deja que el sufrimiento de Cristo esté  más cerca de nuestros corazones, será vuestro maná, el árbol de la vida, la estrella de la mañana. Que mejor parte con todo que con esta perla de precio. Cristo es la tubería de oro a través del cual el aceite de oro corre para salvación; y oh! ¿Cómo esto debe encender nuestro amor por Cristo? ¡Oh, que nuestros corazones esten más afectados con los sufrimientos de Cristo!, ¿Quién puede pisar sobre estas brasas sin que su corazón se queme en el amor a Cristo, y gritar como Ignacio, en Cristo mi amor es Crucificado?  Cant. 8:7-8
Si un amigo muriera por nosotros, ¿cómo se verían afectados nuestros corazones con su bondad? si el Dios de gloria dio su vida por nosotros, ¿no se nos verá afectado con su bondad?  Juan 10:17,18
Saúl se vio conmovido por la bondad de David en su vida piadosa 1Sa. 24:16 ¿y no seremos conmovidos con la bondad de Cristo, que, para salvar nuestra vida  perdió su propia vida? Oh! , el amor infinito de Cristo, que debía abandonar el seno de su Padre Jn 1:18 y que bajo desde cielo y  que puede llevarte hasta el cielo, Juan 14:1-4; que él siendo su Hijo tomo la forma de siervo Fil. 2:5-8 para que los esclavos sean hechos hijos, siendo enemigos nos hizo amigos, de herederos de la ira a ser herederos de Dios y coherederos con Cristo Rom. 8:17 que para salvarnos de la ruina eterna , Cristo se aferró a nada, y se hizo carne, para estar en un pesebre, para ser tentado , abandonado, perseguido y morir en una cruz!
¡Oh, qué llamas de amor deberían encender nuestros corazones para Cristo! El amor comparado con fuego es amontonar amor sobre nuestro enemigo, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza, Rom. 12:19,2; Prov. 26:21. Ahora la propiedad de fuego es convertir todo lo que se encuentra dentro de su propia naturaleza: el fuego hace todas las cosas de fuego, él ha hecho del carbón carbones encendidos, no te asombra entonces que Cristo habiéndonos colmado abundantemente  con las brasas ardientes de su amor sobre nuestras cabezas debiéramos ser tan fríos como cadáveres al amarlo. ¡Ah, qué triste que estamos hechos de metal que el amor ardiente de Cristo no puede inflamar nuestro amor hacia Cristo!

Moisés preguntó  cuándo vio la zarza en llamas, porque no se consume Ex. 3:3 ¡Por favor! Si ustedes miran dentro de sus propios corazones veréis una gran maravilla, que vera que usted camina como esos tres niños en el horno de fuego Dan. 3  en medio de las llamas sentirá el ardiente amor de Cristo a su alrededor. Sin embargo, hay muy poco, muy poco de ese aroma, el dulce fuego del amor que se siente o se sentía en ti, oh! Hasta cuando los sufrimientos de un tierno y amado Salvador encenderán una llama de amor en nuestros corazones, ¿cómo aún se romperá en adelante en nuestros labios y vidas, en nuestras palabras y caminos la alabanza y la gloria de gracia gratuita? ¡Oh que los sufrimientos de un Jesús amoroso por fin pudieran enfermarnos de amor! Cant. 2:5 Ah déjele para siempre reposar en nuestro pecho Cant 1:13 quién ha dejado el seno de su Padre por un tiempo, para que pudiera ser abrazado por nosotros para siempre.

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